«En-cuadrado»
En esta obra busqué que la textura de la madera me ayudase a darle el caracter necesario. La mezcla entre las técnicas de óleo, pastel y lápices de color sobre tabla me resulta muy atractiva.
Es un cuadro para mirar de cerca.

Engracia Arias Valera
«Moño»
Una amiga me comentó que le parecía curioso que todos los desnudos los hiciese de espaldas o con la cara escondida. La verdad es que nunca me había parado a pensarlo. Sí es cierto que cuando pinto un cuerpo no me importa de quién sea, no estoy haciendo un retrato individual sino buscando un gesto expresivo. Quizás por ello huyo de rasgos faciales que definan un retrato.
Este es otro ejemplo de ello.
«Judith»
De vueltas con nuestro referente más habitual, Gustav Klimt.
Tenía que realizar un ejercicio con colores primarios, así que aproveché para volver a trabajar sobre uno de mis pintores favoritos.
En este caso, cierta dureza en la expresión y en los rasgos faciales contrastan con el color vivo y la calidez del tratamiento de la piel.
Postura imposible, combinación de dureza y dulzura, muy femenino y algo masculino. Todas estas contradiciones son las que intenté plasmar.
«Mujer»
En vacaciones, después de ejercicios de clase más bien clásicos, una vuelta a mi tema favorito de formas y colores. Dado que era verano, nada como tostarse al sol para tener este aspecto.
Soy consciente de que la mezcla es arriesgada y a muchos les parecerá estridente, pero es sorprendente como da alegría a la pared en la que se coloca.
Se puede ver por ejemplo en la exposición de El Patio de Ruzafa, donde llena de color la zona.