¿Buen dibujante igual a buen pintor?. ¿Grandes pintores pueden ser malos dibujantes?. Pues si estudias un poco de arte verás que hay de todo ¿verdad?.
Sé que a veces hay diferencias de criterios entre los distintos profesores de dibujo y los de pintura. No voy a entrar a valorar quién tiene razón o no, ellos saben más que yo, pero sí puedo darte mi opinión personal basada en mi pequeña experiencia y lo que he observado en los distintos compañeros que he tenido.
Para llegar a pintar y conseguir volúmenes correctos primero hay que saber dibujar y encajar, y también encontrar los distintos tonos del motivo. Si conseguimos verlos y sintetizarlos al máximo, después seremos capaces de ir añadiendo más detalle de forma correcta. Recordad que una buena base da un buen resultado, si encuadras y colocas mal las luces y las sombras, un detalle florido no te va a salvar.
Puedes ver algunos encajes de dibujos hechos en clase en mi entrada “Dibujos de clase 1”.
Tener una visión espacial de las cosas ayuda mucho a resolver los problemas que te encuentras frente a un lienzo en blanco. Y si no la tienes de forma natural la puedes conseguir a base de trabajo y práctica.
Es lo mismo que decir: “no me salen las líneas rectas” la primera vez que coges un carboncillo. Pues claro, ni a ti ni al 90 % de la gente. (Los privilegiados que nacen con un don no cuentan ¿eh?).
Se nota el que se ha tomado la molestia de llenar hojas con líneas y líneas para practicar y el que no. Lo siento, pero es así. (Vuelvo a repetir, a los que les sale la primera vez, que se callen, no va con ellos).
Después tenemos el tema de los tonos. Si quieres empezar pintando un Velázquez, estupendo, pero luego no llores si no te sale, porque Diego Rodriguez de Silva y Velázquez solo hubo, hay y habrá UNO.
En clase de dibujo seguíamos después del encaje con los tonos esquemáticos. Puedes verlos en la entrada “Dibujos de clase 2”.
En clase de pintura el concepto al principio es parecido: empieza con un par de cacharros fáciles y sintetiza los 3 o 4 tonos más importantes. Puede resultar un poco aburrido al comienzo pero ayuda mucho:

Ves poco a poco añadiendo tonos con colores o sin ellos.


Estudia las sombras propias y arrojadas.


Después haz bocetos de estudio:

Y al final llegarás a algo que puede empezar a acercarse a la realidad.


Una vez que lo hayas conseguido, puedes pintar como te dé la gana.
Deforma, invéntate los colores, distorsiona las perspectivas, pero hazlo todo porque quieres, no porque no sabes. Podrás defender tu trabajo frente a todos esos que dicen “eso también lo sé hacer yo” cuando se enfrentan a trabajos que parecen simples, pero que en realidad no lo son para nada, sino que son fruto de un estudio y una decisión personal de representación de la realidad.